
Problemas de audición en niños: cómo detectarlos a tiempo y qué hacer
Antes de que el bebé&²Ô²ú²õ±è;empiece a balbucear, el desarrollo del lenguaje comienza a través de la exposición a voces, música y sonidos cotidianos. Pero, ¿qué&²Ô²ú²õ±è;ocurre cuando esa conexión con el sonido no existe desde el principio? Para miles de recién nacidos cada año, la pérdida auditiva es un reto oculto. Si no se trata, puede impedir el aprendizaje y el desarrollo del habla hasta el punto de que su hijo pueda tener dificultades sociales y académicas. Afortunadamente, la intervención temprana puede mejorar significativamente la calidad de vida de los niños con pérdida auditiva.
Causas de la pérdida auditiva y tipos
"Conocer la causa de la pérdida auditiva de su hijo puede ser muy importante, ya que puede determinar el mejor tratamiento y pronóstico", afirma Albert H. Park, doctor y director del centro pediátrico de audición de la Â鶹ѧÉú¾«Æ·°æ y el Primary Children's Hospital.
La pérdida auditiva en los niños puede ser (presente al nacer) o adquirida. Aproximadamente el 50 % de estos casos se deben a factores genéticos, mientras que la segunda causa más frecuente es el citomegalovirus (CMV), una infección viral que se transmite de la madre embarazada al feto.
Hay tres tipos de pérdida auditiva:
- Conductiva: Este es el tipo más común de pérdida auditiva adquirida, que suele estar causada por infecciones de oÃdo o la acumulación excesiva de cerumen. Otras causas menos comunes son el colesteatoma, un tipo de tumor cutáneo en el oÃdo medio, o anomalÃas en los huesos del oÃdo. La pérdida auditiva conductiva se produce cuando el sonido no puede viajar a través del oÃdo externo y medio.
- Sensorineural: Esta pérdida auditiva afecta al oÃdo interno o cóclea y puede ser congénita o adquirida. Tiene diversas causas, entre ellas infecciones por CMV, mutaciones genéticas, lesiones en el oÃdo (meningitis) y exposición prolongada a ruidos fuertes o traumatismos acústicos. El sonido de alta intensidad a través de auriculares o cascos es una causa común de pérdida auditiva adquirida. Se estima que alrededor del 15 % de los adolescentes pueden experimentar algún grado de pérdida auditiva de alta frecuencia como resultado de ello.
- Mixta: cuando un paciente tiene pérdida auditiva conductiva y neurosensorial. Los ensayos clÃnicos en curso sugieren que la terapia génica puede ser eficaz para una de las causas genéticas de la pérdida auditiva (otoferlina). Si una mutación genética es la causa de la pérdida auditiva en un bebé, entonces la terapia génica podrÃa utilizarse en el futuro para mejorar o incluso curar la afección.
Detección e intervención
La forma más eficaz en que los padres pueden proteger la audición de sus hijos es tomar en serio cualquier signo de pérdida auditiva y buscar ayuda sin demora. Cuando se trata de la intervención temprana en la pérdida auditiva, los pediatras deben seguir la regla 1-3-6. Esto significa lo siguiente:
1- La primera prueba de audición debe realizarse durante el primer mes de vida del niño. Afortunadamente, el 98 % de los bebés se someten a pruebas de detección universales para recién nacidos.
3- Aquellos que no superen la prueba de detección para recién nacidos deben someterse a una evaluación diagnóstica antes de cumplir los tres meses de edad.
6- Si a un bebé&²Ô²ú²õ±è;se le diagnostica una pérdida auditiva permanente, debe comenzar a recibir intervención temprana antes de los seis meses de edad.
Los estudios demuestran que el tratamiento durante los primeros seis meses de vida es esencial para el desarrollo del habla y el lenguaje.
"Si su hijo no supera las pruebas de detección para recién nacidos, tómelo en serio", aconseja Park. "Si se descubre que su hijo tiene una pérdida auditiva permanente, es esencial realizar ese diagnóstico lo antes posible. No es algo que se pueda ignorar".
Diagnóstico y planes de tratamiento
Fuera de las revisiones habituales, los padres pueden tener dificultades para detectar los signos de pérdida auditiva en los bebés. Los padres pueden notar que su bebé&²Ô²ú²õ±è;no se sobresalta con los ruidos fuertes ni se gira en respuesta a los sonidos. Cualquier preocupación que tengan los padres sobre la audición de su hijo debe ser comunicada al pediatra, quien puede derivar al niño a un audiólogo pediátrico para que le realice una prueba de audición. Si se detecta alguna pérdida auditiva, los niños son derivados a un otorrinolaringólogo pediátrico, especializado en el tratamiento de casos pediátricos de pérdida auditiva.
A medida que el niño crece y comienza a asistir a la escuela, puede mostrar cambios sutiles en su comportamiento asociados con la pérdida auditiva. Su maestro puede notar que el niño no presta tanta atención a las instrucciones o que su rendimiento académico ha disminuido. Los expertos en el campo de la audición suelen mencionar el término "fatiga auditiva".
"En la escuela, los niños con pérdida auditiva tienen que utilizar más señales visuales u otras señales auxiliares para comprender el contexto de lo que se está&²Ô²ú²õ±è;diciendo", afirma Park. Esta carga de trabajo adicional suele agotar al niño mental y emocionalmente.
Los planes de tratamiento variarán en función del tipo de pérdida auditiva que padezca el paciente, pero pueden incluir:
- Seguimiento con el equipo de otorrinolaringologÃa o audiologÃa para una supervisión estrecha.
- Dispositivos de asistencia, como ²¹³Ü»åÃfonos.
- Implantes cocleares para la pérdida auditiva neurosensorial u otros tipos de pérdida auditiva en pacientes que no se han beneficiado de los audÃfonos.
- Terapias del habla y del lenguaje.
- Medicamentos antivirales, como el valganciclovir, para la enfermedad grave por CMV.
La audición determina cómo los niños se relacionan con el mundo que les rodea. La detección precoz y el tratamiento oportuno de la pérdida auditiva pueden influir en su capacidad para oÃr, crecer y aprender.